Tú, la que siempre supo hacerme vivir
la que llenó de alegrías un día al verme sonreír,
quien supo decirme que alguien no era para mí,
la que calló noticias por no hacerme sufrir.
Ella, la que encontró soluciones que no supe decidir,
quien me supo valorar desde un principio y encontrar lo mejor de mí,
la que llenó de inmensos regalos a mi pequeño corazón,
tú no tienes precio, solamente derrochas amor.
Puede que estos versos no sean los mejores que escribí,
tan solo quería decirte: gracias por habitar en mí.
Gran amiga que llegaste al mundo con fuerza,
juntas viajamos hacia el inmenso planeta de la amistad,
pero nadie sabe el concepto verdadero de nuestro viaje,
el que jamás olvidarás.
Han corrido buenos y malos momentos,
sí... eso suele pasar,
pero supimos ir corriendo hacia una momentánea solución...
que nos hizo aprender y suspirar.
julio 10, 2009
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